Pasa, Manuel. Aún no han venido los otros dos compañeros de juego.
- Cuánto tiempo llevamos jugando al mus, ¿verdad?
- Puf, un montón. Mira, viene a ayudarnos Alicia, la hija de Juan, tu vecino. Además de ser hija de tu vecino es la mujer de tu compañero de curro. Nos ayuda a mi mujer y a mí a limpiar la casa. Es muy agradable a la vez que buena chica.
El chantajista, mientras habla con su amigo Manuel, pone su mano en mi entrepierna, con toda la naturalidad del mundo. Yo me quedo quieta, como si nada.
- Alicia, dale dos besos a Manuel. Muak Muak.
- Alicia, ve a la cocina y termina los canapés. No me interesa que nadie más vea que estás aquí, asi que no salgas por la puerta.Toma, ponte estos cascos de música para que no escuches las chorradas que decimos mientras jugamos, no vaya a ser que te vuelvas tan mal hablada como nosotros.
Me voy a la cocina en silencio.
El chantajista ya me había dado las instrucciones pertinentes. Ellos se quedan solos.
- ¡Pero tío, si la has tocado todo el coño delante de miiii si no lo veo no lo creo y aun viéndolo sigo sin creérmelo ! - La chica está enamorada como una perra de mí...
- ¡Pero si está casada y tú, tú estás casado! ¿Qué haces teniéndola aquíi en casa? Además si puede ser tu hija. Es más, su padre Juan es más joven aún que tu, podría ser casi tu nieta.
- Mira, Manuel, me queda poco de vida. ¿Cuánto, 20 años? ¿15? ¿No crees que poder follar con algo así es lo que se llama CALIDAD DE VIDA? Y no veas como la chupa, si te la chupase a ti lo entenderías, seguro que lo hace mejor que tu mujer. Que la mía desde luego. Es... perfecta.
Suena el timbre, llegan los otros dos jugadores de cartas, y el chantajista los recibe con una sonrisa:
-Amigos, hoy tengo una sorpresa. Jugaremos dos partidas de mus, intercambiándonos las parejas.
El jugador que gane las dos partidas recibirá un premio.
Os gustará, os encantará, pero tendreis que jurar no volver a comentar lo que ha pasado aquí nunca jamás, ni siquiera a mí, y no me preguntéis detalle alguno sobre el tema, porque no os lo diré.
- Joder, cuál es la sorpresa, dínoslo
- Más adelante, es un premio al ganador.
Dos horas después XXXXXXl, como no podía ser de otra forma, resultó ganador
. Esta vez la cerveza y los whiskies ya se habían agotado, ya que el chantajista se había ido encargando de ir llenando las copas cuando aun no se habían vaciado.
-A ver, José Ángel y los demás, tenéis que jurar que todo lo que veamos aquí no saldrá nunca de nuestras bocas. Que no se lo contaremos a nadie que no este aquí ,y que ni siquiera entre los aquí presentes lo comentaremos nunca.
Seguidme, venid a la cocina.
ver el chantajista tercera parte